Nuestra sección de “Mujeres Alawa” se inspira en la célebre frase de Dostoyevski donde afirma que “la belleza salvará al mundo”. En Lucía la belleza de su vida nos envolvió desde lejos y cuanto más nos acercábamos a ella más nos elevaba y sanaba por dentro. Nada nos alegra más en Alawa que trabajar por mostraros estas vidas reales con sabor a eternidad, vidas que nos despegan del suelo y nos muestran el destino para el cual hemos sido hechos.

   Lucía es madre de Teresa, esposa de Nacho, mujer emprendedora, empresaria, fundadora de Bosco Films entre muchas caras de este diamante, que todas nos atraen, pero ¿tú cómo definirías a Lucía, ¿cómo te presentarías?

 L- Como una mujer inquieta, aunque en apariencia muy tranquila y muy tímida. Siempre mi mente va muy rápido, siempre está pensando en cosas nuevas, buscando… tengo un problema, y es que cuando me enamoro de una idea necesito que salga adelante y busco el modo, porque sino no desaparece. Soy bastante apasionada si me enamoro de un concepto lo quiero dar a conocer, lo quiero contar al mundo, quiero que llegue lejos.

   ¿Cuándo empieza este enamoramiento qué nos trae hasta este lugar tan especial?

L- Pues mira, soy una enamorada de las pequeñas cositas desde siempre, creo que el colegio o el tipo de educación que recibes de tus padres, marcan mucho por dónde tú puedes ir.

Mis padres vivían en Bilbao, pero al poco de nacer yo, se tuvieron que mudar corriendo a Valencia, donde crecí. Fue un momento muy complicado, porque el periódico que dirigía mi padre estaba a punto de cerrar.

Los años 70-80 fueron una época muy complicada en el norte de España, sobre todo para quienes no creían en el independentismo. Cuando fui creciendo mi padre decía: “he fracasado”, pero para mí siempre fue un vencedor, porque el intentar llevar algo en lo que tú crees hasta el final sin desviarte, conozco muy pocos casos. Pueden pensar como yo o no, pero me encanta la gente que es coherente con su modo de pensar.

Soy la pequeña y me convertí un poco en el juguete de mis padres. Recuerdo mucho las conversaciones de mis padres por problemas de “no tenemos dinero para pagar el colegio que queremos para la niña”, y de niña decía: “pues ¿qué problema hay si yo estoy encantada en el colegio en el que estoy?”, pero ellos sabían que lo que querían era mi formación humana y yo se lo agradezco enormemente, porque fue un esfuerzo muy grande por su parte.

Con la ilusión de comunicar que tenía mi padre periodista, de mi abuelo periodista, entré en Comunicación Audiovisual, con la esperanza de realmente dedicarme al periodismo y no al cine.

Lo tenía clarísimo. Ese primer día en clase fue muy divertido, porque yo me veía completamente distinta a todos los demás. Yo siempre tenía las cosas muy claras, de hacia dónde quería ir. La etapa universitaria me hizo aprender mucho porque yo vivía en mi burbuja, vivía con un modo de pensamiento, no diría que muy extremo, pero al menos sí muy cerrado, “esto está bien, esto está mal”. Al conocer gente mucha más diversa a mí, me hicieron cuestionarme las cosas, ya no era simplemente bien o mal sino “quiero conocer tu historia, quiero saber por qué piensas esto”, porque eso sí, quien es un buen comunicador o un buen periodista lo que tiene es que despertar esa curiosidad y ser lo más sincero posible con las consecuencias que se encuentra.

Acabé la carrera y conseguí una beca para irme a trabajar a Roma, que sin saber por qué siempre había sido mi gran sueño, quería ser comunicadora en Roma. Quizás me influyó una mujer, Paloma Gómez-Borrero, fue la primera corresponsal española en Roma, una mujer divertida, abierta, muy humilde… la admiraba muchísimo. Podría ser una mujer Alawa pero ya está en el cielo.

Y allí fui, estuve unos meses, nada más acabar la carrera, en medios vaticanistas, cubriendo además sociedad, cultura, o sea, todo lo que me gustaba; y luego estuve en una agencia de noticias que me encantaba porque era todo gente joven y que cubrían noticias de todo en general en Roma, eran corresponsales para casi todas las televisiones del mundo.

“Soy una enamorada de las pequeñas cositas desde siempre”

Habrías cumplido tu primer sueño, ya eras prensa y desde Roma, o sea, que ya hay un primer hito ahí.

L- Sí, exacto, iba cumpliendo sueños, pero es que además iba conociendo gente que me ayudaron, de nuevo, a salir de mi burbuja en cuanto a la fe, a salir de mi línea de pensamiento y descubrir las realidades y dificultades de la fe en países como Francia, Eslovaquia, México o Estados Unidos. Me enriqueció mucho y me hizo darme cuenta de la suerte que tuve de nacer en un país y una familia donde la fe es sustancial.

Tuve que dejar ese trabajo en Roma porque mi padre se puso muy enfermo de un momento para otro, me llamaron diciendo que ya no le vería directamente, que le habían ingresado y que se habían despedido por mí. Entonces tomé un vuelo y regresé a Valencia para estar con mi padre, una figura muy importante para mí. Regresé a Valencia y él sobrevivió, muy mal, estuvo muy mal, estuvo 6 meses en el hospital. Fue una etapa de mucho hospital, pero de muchas conversaciones muy bonitas con mi padre. Empecé un nuevo trabajo, nunca había soñado con él, pero me sentí como si estuviese cumpliendo un sueño. Creo que Dios tiene planes mucho mejores que los nuestros, de hecho, a mí me encanta, escuché una vez una frase que dice “abraza el plan B” y es que el plan A normalmente es el tuyo, tú vas obcecado como los burros así, a por tu plan A, pero muchas veces las cosas se van torciendo y se vuelven a torcer, y se vuelven a torcer y es porque es por otro camino y ese plan B resulta ser mucho mejor que el plan A.

Así que siento como que esa ha sido la historia de mi vida, que yo soy una cabezota que se empeña en ciertas cosas pero que al final lo que sale es el plan B y es el que me hace muy feliz, el plan B.

“En ocasiones, el plan B resulta ser mucho mejor que el plan A”

¿Y qué pasó ahí? Porque claro, eso no estaba en el plan A para nada, de repente hay algo tan disruptivo ¿Cómo terminas en Madrid y en Madrid fundando Bosco Films?

L- Pues mira, todo se colocó, mi padre se puso un poco mejor y entonces una de esas amigas de mi grupo de Roma se había ido a vivir a Estados Unidos y me escribió y me dijo que si seguía con intención de aprender inglés que había hueco en su casa en Los Ángeles y que podía intentar ir durante tres meses, dice: “que seguro que te va a venir muy bien además mentalmente”, o sea, el hacer un break.

Te vas acercando a la capital mundial del cine. 

L- Sí, decía: “Los Ángeles, qué divertido, podré ver el Paseo de la Fama”. “Sí, sí, claro Lucía”. “¿Podré ir a los Oscars?”. “No Lucía, no vas a poder ir a los Oscars”.

Me fui para allá y resultó que ella trabajaba para una productora fundada por gente católica y el resto de mis compañeros de piso también trabajaban en esa productora, que se llamaba Metanoia Films, que ya no existe, y la fundaron tres personas, un productor, un director y un actor, el actor era Eduardo Verastegui y entonces yo lo que hacía era ir a mis clases de inglés durante las mañanas y luego por las tardes iba a recoger a mis amigas a la productora y me llamaba mucho la atención que cada vez veía gente más distinta dentro de la productora. Yo decía: “¿por qué hay días que estáis cinco?, los cinco o los cuatro que trabajáis aquí y de repente un día entro y veo gente que no sé quiénes son, de distintas etnias, de distintas edades, qué hacen todos ellos. Y entonces cuando ya empecé a hablar un poquito inglés, porque no me atrevía a preguntarles, me decían: “no, es que hemos visto Bella”, que era la película que habían producido ellos, “y queremos que llegue lejos”. Ya, “¿pero tú te dedicas al cine?”. “No, yo soy fisioterapeuta”. “Ah, muy bien, ¿y qué haces aquí?”. “Pues no sé, me he venido aquí a ver en lo que puedo ayudar y me han dicho a ver si puedo hacer, como mi madre es de Japón a ver si puedo hacer las traducciones de los guiones al japonés”, y así.

Entonces con esa serie de conversaciones dije: “caramba, ¿tú no querías comunicar causas buenas?”. Pues resulta que el cine más allá de que te guste o que te entretenga está cambiando vidas, hasta el punto de que la gente después de ver una película busca dónde está la productora y quieren ir a ayudar presencialmente. Entonces hice clic, el mayor medio de comunicación que existe es el cine, el que más puede transformar es el cine, voy a intentar empezar por aquí.

Y pedí una beca desde España, se me concedió para estar dos años en Los Ángeles, en la productora y ahí fue el germen de esa semillita que Dios plantó en una niña cinéfila, que veía películas a las 6 de la mañana y que se compraba todas las revistas, como desde antes, “yo voy a ir construyendo tus anhelos” y empecé en el mundo del cine sin darme ni cuenta.

Regresé a España después de un tiempo y empecé a trabajar en distribución. Y allí apareció Nacho en mi vida, quien es hoy mi marido.

“Él no sabía que estaba en mi mente, pero yo buscaba alguien que supiera tratar a las personas que sufren”

Para mí había como cosas clave para distinguir cuál sería esa persona pensada para mí, por ejemplo, era algo muy importante, el ver cómo la persona se comportaba con las personas que sufren y Nacho lo hizo en el momento uno. Él no sabía que estaba en mi mente, pero yo buscaba alguien que supiéra tratar a personas frágiles o que sufren, y que tuviera como centro por supuesto a Dios. Y esto lo vi en él. Él era el primero que me decía: “pues vamos todos los días a Misa”, fue un noviazgo muy bonito. Y tuvimos una conversación que dará pie a lo siguiente que os voy a contar, y que muy importante luego en mi vida.

En mi corazón también desde pequeña igual que decía que estaba el anhelo de comunicar causas buenas (yo creo que Dios pone unos anhelos siempre por algo y que siempre los cumple), estaba la inquietud por la adopción, era algo que me encantaba, que no quería decir que fuera a tomar esa decisión o no, pero me encantaban las familias que tenían niños por adopción o las historias detrás de ellos.

Cuando éramos novios me tuvieron que operar de urgencia en cuestión de dos días por un tema ginecológico totalmente inesperado. Entonces recuerdo en una conversación en el coche en la que decía a Nacho: “parece que me van a tener que operar en dos días, no se sabe lo que es, yo estoy super tranquila pero aquí estamos” y Nacho me dijo: “Lucía ¿sabes qué?, por supuesto todo va a ir bien, voy a estar contigo y no te preocupes porque adoptaremos”. Eso me hizo pensar un montón de cosas: uno, tienes clarísimo que yo sí voy a ser tu familia, ¿no? Te estoy hablando de una operación, ni se me había pasado por la cabeza las consecuencias que puede tener esa operación, pero tú sí las has pensado, y tres, lo importante en mi familia eres tú y si tienen que ser así pues adoptaremos. Y dije: “ya está, es él, definitivamente es él”.

Entonces a los pocos meses nos casamos, ya aquí centrada en Madrid, seguía con mi vida, con mi trabajo que me apasiona, de un cine con trasfondo, con virtudes que te hace crecer. Bueno, y empezando a disfrutar y conocer cada vez más esa parte de la distribución que desconocía.

Van pasando los años, los niños no llegan. Hubo un punto en el que ya pasados ocho años casi íbamos hasta paralelamente, él tenía muchas cosas por su parte, yo tenía muchas cosas por la mía. Unos amigos que veíamos en aquel momento que no tenían niños nos avisaron de que se había abierto un proceso de adopción en España, que normalmente duraban muy poco, que los abrían cada 7 años, 7 u 8 años, y tomamos la decisión de apuntamos.

Esta es una realidad que yo creo que de la que se habla poco, pero es muy frecuente el cómo hay parejas que de verdad sienten que quieren ser padres y no lo logran, y es luego cuando estás más metido en ese círculo dices: creo que sería bueno tratar más estas cosas o que la gente te hable con más normalidad, que tengas en cuenta qué cosas puedes decir o qué cosas no, o sea, porque son dolores profundos del corazón porque, como decía antes, hay un anhelo.

Así que aquí estábamos con ese anhelo, y si tiene que ser por adopción será por adopción, si tiene que ser biológico será biológico y si no tiene que ser no será, que eso fue un paso importante, lo del “si no tiene que ser no será” y vivirlo con paz de verdad, no buscada, sino de verdad, eso fue yo diría una de las grandes victorias. Pero sí, el descubrir que tus planes a veces no son, es luchar por algo que tú crees y que quizás hay otro plan mejor.

Y entonces llegó Teresita. Hace dos años nos avisaron, recibimos una llamada diciendo que había una niña que tenía un añito y que estaba esperando a que le conociéramos. Fue una mañana entre preciosa y horrible. Durante el proceso de adopción te van preparando psicológicamente, te preparan para este momento, te preparan para lo que puede venir después y hay una serie de condiciones que te piden: pues evidentemente que sigáis juntos, porque desde que empiezas un proceso hasta que acabas puedes haberte separado, puedes haberte arruinado, puede que en la habitación que vieron para el potencial niño puede estar viviendo la madre de él porque está enfermo, o sea, pueden pasar muchas cosas durante este proceso.

Pues el día siguiente a recibir esa llamada a Nacho le despedían, era su último día de trabajo y yo lo sabía. Cuando recibí la llamada yo dije: “¿esta es la llamada?” y me dijeron: “sí, esta es la llamada”. Digo: “ay, qué bien”, y yo por dentro: “que no me pregunten, que no me pregunten” y me preguntaron. “¿Hay algo en vosotros durante este tiempo que haya cambiado?”. Y digo: “¿a qué te refieres?”, como diciendo: “a ver, si no me haces la pregunta directa no voy a contestar”. “Y pues nada, si alguno de vosotros ha perdido el trabajo, si tal…”. Yo: “bueno, todavía no, pero mañana sí pierde el trabajo Nacho, pero no te preocupes porque la buena noticia es que yo tengo una empresa y le voy a poder contratar”. Y me dijo: “Lucía, no sabes cuánto lo siento, pero es que hay muchísima gente en espera”. Bueno, colgué, me metí en la ducha a llorar diciendo. “¿cómo puedes ser tan tonta?, no hace falta que siempre digas la verdad, no hace falta, eres tonta”.

Con Bosco aparte de distribuir cine también llevamos campañas de comunicación para otras empresas y esa mañana yo tenía que mandar una nota de prensa para un cliente y me llamó ese cliente y le cogí el teléfono y le dije: “mira, no tengo ningunas ganas hoy de responder ninguna llamada, te cuento simplemente en un titular lo que ha pasado, mañana mandaré tu nota, por favor dame el día de hoy”. Y este era un cliente que tiene una idea preciosa de fondos de inversión con criterio y me dijo: “Lucía, ¿qué me estás contando?”. Dice: “tu empresa y mi empresa han sido creados para hacer cosas buenas, llama ahora mismo a la Comunidad de Madrid y les dices que tu marido tiene trabajo, yo le contrato”. Y eso fue en el plazo de unos minutos, o sea, de muy pocos minutos. Llamé, evidentemente me dijeron: “sí claro, tu marido ya tiene trabajo”. Entonces digo: “te prometo que sí, que ya tiene trabajo, que me han dicho que empieza el lunes, que si quieres te lo presento, que si hace falta el contrato te lo enseño”. Me dijo: “mira Lucía ya, para, vamos a pensarlo, te llamamos dentro de un rato”.

Y nada, entonces me fui a la iglesia, me fui a una iglesia y me di cuenta de que era el día de Santa Catalina Labouré que es la santa que difundió la advocación por la Medalla Milagrosa. Entonces dije: “si la Medalla Milagrosa efectivamente es tan milagrosa hoy puede suceder y va a suceder”, y allí sí que fue una certeza y efectivamente a pesar de que no cumplíamos con los requisitos que nos pedían en ese momento.

Y así fue, el milagro ocurrió. Fue una cadena de decisiones que tomaron gente que se fío y que terminó con un sí a la adopción. Pensé otra vez: “da igual que metieras la pata pero decir la verdad siempre va a ser bueno”, porque me lo planteé. Y ahora Teresita pues es parte de este equipo, nos da la vida y nos ha revolucionado por completo, nos ha sacado de nuestra comodidad, que ya llevábamos pues eso, ocho años cada uno con su vida y poco en común y nos ha vuelto a re-colocar juntos y sobre todo como volver a vivir todo con una ilusión, con una ilusión de ya no depende sólo de ti o de ti sino de los dos.

“Yo creo que Dios pone unos anhelos siempre por algo y que siempre los cumple”

Cuando vuelves a España, has traído la experiencia de Roma, la experiencia de Los Ángeles, de conocer una distribuidora de cine por dentro como Metanoia, aparte de una distribuidora de cine diferente. ¿Todo eso es lo que vuelcas en Bosco Films? ¿Qué hace a Bosco Films ser diferente?

L- En un momento de cambio de trabajo, recibí una pequeña cantidad de dinero por la herencia de mi padre, y decidí comprar dos documentales, y así nació Bosco Films. Bosco es una distribuidora de cine que también funciona como agencia de comunicación para temas de cultura, social… aunque cada vez nos llaman para más cosas, no los buscamos, pero nos van llegando proyectos. La palabra Bosco en sí viene del italiano, esa lengua que yo amo y que me cimentó. Significa bosque, entonces el logo de hecho es un bosque, es una rueda de cine en forma de árbol y a su alrededor otros árboles. El bosque a mí me interpela a algo que está vivo, algo que está verde, algo que planta raíces, algo que va a estar mucho más allá de ti, algo que trae aire. Y esa es la razón del nombre de Bosco y a la vez que Bosco, san Juan Bosco es el patrón del cine. Entonces para mí eran las dos piezas que hacían que esto fuera perfecto, buscamos cine que permanezca, cine que efectivamente plante raíces, cine que te entretenga, que te eduque y que te eleve, las tres “E”, que te entretenga, que te eduque y que te eleve.

Y bueno, pues ¿qué es lo que tenemos que hacer? Intentar encontrar esas joyas que no simplemente te entretengan, porque el cine es entretenimiento, eso es evidentemente lo principal, yo me siento a ver una película para pasar un rato, pero lo que buscamos es que el tipo de película que traigamos puede ser una comedia, puede ser un drama, puede ser un documental, puede ser una peli infantil, pero que al final tú salgas con un poso, con una semilla plantada que pueda germinar.

Ahora os voy a contar una anécdota que acaba de pasar, hemos estrenado hace poco una película que se llama Lourdes, lleva sólo unos días en cartelera y normalmente no me tengo por qué enterar de las cosas que pasan en el espectador, no es normal. Pero hemos recibido dos mensajes por Instagram, hemos recibido un montón, pero dos especialmente llamativos de dos chicas jóvenes, intuyo que en torno a los 20, 23 como mucho, que querían suicidarse. La magia de las redes sociales es que la gente te cuenta más de lo que te contarían cara a cara, o sea, a lo mejor sus amigos no lo saben, no tengo ni idea de cuál es la historia de cada una de ellas, pero la cuestión es que nos escribieron. Recuerdo una especialmente que decía: “lucho todos los días contra el suicidio, he visto que además de la película hay unas pulseras que estáis dando que se llaman “elijo vivir”, me encantaría ver esa pulsera en mi muñeca todos los días, me ayudaría mucho”. Esta chica para mí… digo: “ya está la misión cumplida”. Pero lo llamativo es que no ha sido una, sino dos personas las que me han contado, evidentemente yo no les pregunto por qué, pero creo que el mundo está necesitado de trascendencia y que la están buscando, necesitan sentido, necesitan respuestas, necesitan cariño.

Y bueno, pues en parte cuando estás muy solo buscas en las redes, buscas en pantallas, pues ojalá te encuentres con una pantalla o con una película que sea la que te aporte y ojalá sean de Bosco o de cualquier otro, pero que cumplan una función más profunda.

Buscamos cine que permanezca, cine que plante raíces, cine que te entretenga, que te eduque y que te eleve, las tres “E”

Acabas de decir que el mundo está necesitado de trascendencia, ¿crees que ha afectado la pandemia?

L- Enormemente, el salir de la pandemia se ha notado enormemente. El cine no deja de ser una industria que necesita ser rentable, van explotando temas por épocas. Pero, curiosamente desde el 2020 está habiendo un resurgir de un cine más trascendente, no digo religioso sino trascendente, que toca temas profundos, temas quizás más necesarios, que ya no sean únicamente entretenimiento y que son los que la gente está consumiendo. La pandemia ha dejado poso, aunque se esté volviendo a la normalidad, por ejemplo, el tema del suicidio. Me llega por todos lados, me hace pensar en cómo necesitamos ayudar, estar más presentes, buscar herramientas… hay cosas que no te tienes que callar, sino buscar ayuda, normalizarlo, “oye pues estás pasando una época mala por esto, por esto y por esto, ¿cómo te puedo ayudar?

Pero leía precisamente a raíz de estar preparando una película que al menos en España hay más muertes anualmente, en cifras del 2021, por suicidio que por COVID y eso sí que es una auténtica pandemia de la que nadie habla. ¿Qué es lo que le lleva a una persona a perder por completo el sentido? Pues hay que intentar que encuentren un sentido, y entre todos pues yo creo que lo podemos lograr, ahora sí que estamos más unidos que antes.

“Un cine más trascendente, no digo religioso sino trascendente, que toca temas profundos, temas quizás más necesarios, que ya no sean únicamente entretenimiento”

Decías antes, al final se produce lo que el público consume. Pero ¿se puede decir que también en la medida que el público conoce una carta diferente y prueba una comida diferente la empieza a consumir, lo veis vosotros?

L- El 2021 y la pandemia mundial que hemos vivido ha marcado, yo creo, un antes y un después, no sólo en España. Viendo cuáles han sido las películas más vistas durante la pandemia en un Netflix o en un Amazon, se puede saber qué necesita y qué busca la gente. En Estados Unidos, por ejemplo, ha habido una auténtica revolución, ha aparecido una serie que ha roto los esquemas por completo y que está haciendo que todo lo que es la industria del cine diga: “uy, ¿qué ha pasado aquí?, ¿por qué esto tiene tantos millones de visualizaciones?, ¿por qué este enfoque funciona mejor que este otro?”.

Sigue siendo industria y sí estamos en un momento bueno, curiosamente, aunque el cine está en un momento muy complicado ahora mismo y para los que somos empresas pequeñas pues es difícil tirar porque dependes de una cadena, si no va bien en cines no consigues venderla a una plataforma, es difícil romper esa cadena. Si cuando la gente no va al cine, ahora en general, de repente sí van a ver películas con trasfondo, ojo, que el mensaje que se está dando no es cualquier cosa, de verdad lo digo viéndolo ya desde dentro.

Este año, por ejemplo, en grandes festivales del mundo como el Festival Internacional de Venecia ha habido tres películas que hablaban de espiritualidad, de una manera más seria y más profunda en competición. Eso no es casualidad, no ha sido una, han sido tres y eso ha sido por un montón de público que ha consumido en cine o en plataformas cierto tipo de contenidos y estamos dando información muy valiosa.

Bosco no va a cambiar las tendencias, las tendencias las va a cambiar el consumidor. Si tú quieres de verdad ver un cambio, ve a comprar una entrada, es mucho más lo que estás haciendo. Y esto yo creo que es un trabajo de todos y es posible, se está haciendo.

“Si tú quieres de verdad ver un cambio, ve a comprar una entrada, es mucho más lo que estás haciendo”

¿Eso se puede decir que es la misión de Bosco? proponer películas que encuentran una correspondencia con ese anhelo que resuena en el corazón de todo hombre.

L- Sí, generar una cultura de la belleza, “la belleza salvará al mundo”. Lo que intentamos es encontrar esas películas que te hagan crecer, cada una con su pequeño mensaje, pero que cuando veas una película de Bosco, a lo mejor no te gusta, pero me encantaría pensar que algún día diga: “bueno, pues voy a verla, porque a lo mejor me llevo algo bueno ”, ojalá sea así. Eso ha pasado con estas chicas, con Lourdes, que sea únicamente una intención de querer vivir, vivir con mayúsculas. La frase “elijo vivir” tenía muchas connotaciones, pero curiosamente en el documento, aunque ellas no lo sabían antes de verlo, lo dice una persona que se intenta suicidar, por eso estoy más impactada, ellos no saben quién lo dijo, pero es para mí como si esta propia película hubiera llamado a las personas que más lo van a necesitar, a través de testimonios que ya lo han vivido. Es curioso, así que sí tiene esa vocación, ojalá lo cumpla.

Y luego me vienen también a veces los pensamientos de decir: “ay, es que, si no lo haces tú, no lo va a hacer nadie”. No, no es verdad. Dios no nos necesita para hacer nada de esto, lo pude hacer él sólo, puede poner ese anhelo en ti o incluso en un director de cine y que acabe llegando, o sea, no nos necesita, pero es bonito pensar que sí que quiere que seamos parte.

Hemos tocado muchos temas, pero me gustaría al final por lo menos dejar una reseña de que estamos delante de una emprendedora. ¿Tú qué le dirías a una mujer emprendedora, que en otro formato, se enfrenta cada día a intentar sacar adelante un emprendimiento en el que cree y compaginarlo con el resto de su vida?

L- Pues lo primero lo mismo, ¿hay anhelos? Hay una cosa que es el deseo y otra cosa es el anhelo, el anhelo creo que es algo mucho más profundo que perdura y que si no desaparece pues probablemente sea algo que tienes que hacer. Un consejo, no emprendas si no estás preparada, no hay prisa, intenta primero formarte, aprender y asentarte. Si al menos partes de una base que sí que conoces o personas que te pueden ayudar a intentar conseguirlo es un paso muy fuerte. Y luego pues espera, porque no va a haber resultados a la primera, va a suponer mucha renuncia, vas a tener problemas, pero intenta perseverar hasta donde buenamente puedas, y si no sale bien no pasa nada, vuelves a empezar.

No pierdas la esperanza, es difícil compaginar, al menos a mí se me hace difícil, compaginar mi vida en casa con mi trabajo, sobre todo en el último año y medio en el que estamos trabajando tanto para horario europeo como horario de América, y es como salgo de recoger a mi hija en el colegio y a la vez estoy respondiendo emails, y estoy en una etapa que no es fácil, pero que es bonita. Porque yo creo que todo reto a medida que vas cumpliendo dices “check”, ya está, puede ir bien o puede ir mal, hay que intentarlo, pero espera a estar preparada para hacerlo.

“…el anhelo creo que es algo mucho más profundo que perdura y que si no desaparece pues probablemente sea algo que tienes que hacer.”

Acabáis de estrenar con gran éxito la película Lourdes. ¿Cuáles son los próximos proyectos de Bosco, qué es lo que se viene?

L- Pues hasta yo lo tengo que poner en orden en mi cabeza, pero bueno, estrenamos esta película en siete países más en las próximas dos semanas, luego la estrenarémos en Estados Unidos y entre medias antes de que acabe el año vamos a acabar el rodaje de nuestra primera producción. Vamos a abrir una plataforma de alquiler de contenido, pero no sólo de películas de Bosco, porque estamos haciendo una búsqueda de todo tipo de películas para recuperar los derechos y que si estás en tu casa y tienes un ratito, dices: “bueno, pues voy a entrar y voy a buscar, por categoría, que puede ser más interesante y lo pueda alquilar”.

Si todo va bien, estará en funcionamiento en diciembre, y si todo va bien en un mes vamos a poner en marcha una fundación que se llama Bosco Arts, ya está registrada, pero nos falta que entre una persona a trabajar. La vocación de Bosco Arts va a ser poder ayudar a artistas a formarse, a crecer, a tener un lugar donde poder encontrarse y va a ser aquí, en el “Bosco-espacio”. Va a ser la sede y así poder organizar exposiciones que ya empiezan a estar aquí, pero claro, siendo una distribuidora de cine me parecía como un poco raro tocar el resto de las artes, así que con ese motivo se ha empezado con Bosco Arts, para ayudar también a fundaciones con temas de comunicación, o sea, ampliar un poco más todo lo que tiene que ver las 7 artes, desde un punto de vista más profundo. Y un objetivo, afianzar lo que ya tenemos y entrar en Filipinas, que estamos empezando a negociar, así que eso es lo que espero para 2023, a ver si lo conseguimos.

¡Estaremos muy pendientes!

Lucía, gracias, gracias por la hospitalidad, por recibirnos en Bosco Films, nos hemos sentido como en casa. Y gracias por tu generosidad, por habernos desvelado con tanta sinceridad y sencillez las caras de este diamante que es tu vida.

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